En casa de Jennifer Lopez: “Todo el mundo pasa momentos duros. Lo que hagas durante ellos te define”

Jennifer Lopez no es como los demás. Por eso, el hogar de la neoyorquina, de 55 años, actriz, cantante, productora, empresaria, con una fortuna estimada de 150 millones de dólares (132 millones de euros), 30 millones de oyentes mensuales en Spotify, 80 millones de discos vendidos, 40 películas, que han recaudado 3.000 millones de dólares y suma y sigue, tampoco es como los demás. Su inmensa piscina, infinita, se asoma a las arboladas colinas de Beverly Hills desde una terraza de mármol con sombrillas blancas. Antes, hay que pasar el recibidor de techos altísimos —del tamaño de un apartamento medio—, dejar la cocina a la derecha, el salón a la izquierda y salir a esa terraza, donde la estrella espera paciente, con media docena de personas que controlan las luces, las sillas, el maquillaje o el pelo de la artista, que se eleva bajo el viento fresco de la mañana angelina.
No es habitual que Lopez conceda entrevistas largas a medios extranjeros ni que lo haga en su hogar, como la que da a EL PAÍS en este lunes de abril. Menos en un contexto en el que sigue siendo protagonista por su vida personal, tras su divorcio de Ben Affleck hace ocho meses. Pero arranca una etapa importante: se va de gira. Pese a su dilatada carrera de 35 años, es solo la quinta vez que sale a la carretera, la tercera en solitario (en 2007 lo hizo con su entonces marido, Marc Anthony; en 2012 con Enrique Iglesias) y la primera en seis años. Y en este tour, Up All Night, España es su principal mercado: de 17 citas, siete son en este país. Se confiesa “emocionada por volver”, pero, sorprendentemente, la gira no es el centro de la charla: lo es más toda su carrera, sus pasos adelante y cómo la lectura, la oración y la terapia la han ayudado a enfocar su vida, renovada, tras un año que ha sido duro, muy duro, reconoce.
“Ha pasado mucho tiempo. Tenía planes para salir de gira el verano pasado y tuve que cancelarlo”, explica sobre su tour anterior, centrado en el álbum que hizo en homenaje a su historia de amor con Affleck y que anuló a un mes de empezar. “Echo de menos a los fans. Echo de menos la energía y el amor que puedo darles y que recibo. Estaba deseando que llegara el verano pasado, así que puedes imaginarte cómo de emocionada estoy ahora”. Reconoce que cantar en España (actuó en Madrid en 2012 y en Fuengirola en 2019) le apetece, especialmente en este momento. “Hay nuevas canciones, el show ha evolucionado. He pasado por muchas etapas desde entonces. Mi espectáculo tiene siempre mucha música, baile, mucha energía. Siempre hay historias que contar y cosas que aprendes con los años que salen en tu música y tu actuación, así que sí, estoy emocionada. Aun no sé exactamente cómo será”, confiesa en la charla, realizada en inglés, idioma que prefiere.

Lopez está inmersa en los ensayos, precisamente en otro espacio junto a su casa. Explica que una gira así es “muy demandante”, sobre todo con las piruetas escénicas que hace. “Me gusta hacerlo interesante, ir más allá de mis límites”, reconoce. “Creo que la gente espera eso de mí, así que tengo que estar en muy buena forma y, como hablamos, no lo he hecho en seis años”. A sus 55, dice no sentirse demasiado lejos de aquella Lopez que empezó a girar en 2012, con cuarenta y pocos. “Según pasa el tiempo, me siento más cómoda en mi piel, tener disciplina es algo que disfruto”. Ahora, sobre todo, busca diversión. “Me lo estoy pasando genial. Creo, honestamente, que esta es la mejor época de mi vida y por eso estoy emocionada de salir y compartirlo. Nunca quiero girar si no soy capaz de darle lo mejor a mis seguidores: quiero que, cuando vayan al show de Jennifer Lopez, sea el mejor de sus vidas. Es mi objetivo: ‘Voy a pasármelo genial, a recordarlo para siempre‘. Si no, no quiero que se gasten tanto dinero en entradas”, reconoce entre risas.
Desde su primer disco, siempre le ha cantado al amor, “intentando entenderlo, como algo que evoluciona”. “Y en este momento de mi vida, mis discos reflejan eso”. De hecho, hay nueva música a las puertas. “Tengo unas cuantas canciones en las que he estado trabajando que seguramente estrene pronto. Y serán muy indicativas de cómo me siento, que es básicamente libre”.
Creo, honestamente, que esta es la mejor época de mi vida y por eso estoy emocionada de salir y compartirlo. Nunca quiero girar si no soy capaz de darle lo mejor a mis seguidores.
Esa libertad, esa alegría, se le notan. No deja de ser una superestrella, profesional en sus respuestas, pero hay un algo de liberación, de querer disfrutar y dejar atrás el pasado. Especialmente tras su divorcio de Affleck, al que llamó en repetidas ocasiones “el amor de mi vida”, con quien estuvo a punto de casarse hace 20 años y con quien lo hizo en verano de 2022. En la charla no le nombra, pero su presencia se hace notar. “El año pasado fue muy duro. Pasaron cosas inesperadas, así que leí muchos libros, hice mucha introspección, medité, recé mucho. Quería mejorar mi relación con Dios. Quería hacer más sólida la unidad familiar, que somos yo y mis dos hijos”. Lo espiritual la ayudó, pero también lo terrenal: “Escuchar a otras personas que han pasado por experiencias similares o diferentes a las tuyas, creo que es lo que más me gusta”.
Leyó muchísimo. Y eso la sanó. “Libros sobre infancia, matrimonio, relaciones, sobre amor, sobre el cerebro, de ciencia... Y hacer terapia. A lo largo de los años he hecho terapia individual, de pareja, familiar. He hecho todo, siempre estoy buscando el camino”, explica sobre cómo trata de dejarse ayudar. “Es aprender sobre ti mismo. Pero tienes que estar preparado, incluso aunque quieras. Es duro cambiar ciertas cosas, pero se puede”.

Lopez no ha crecido entre algodones. Ha creado una carrera sólida viniendo de una familia normal del Bronx, un barrio trabajador de Nueva York. Sabe del mundo real. “Soy muy consciente de las cosas que la gente dice y piensa de mí, y está bien, porque yo sí sé quien soy, sé que mis intenciones son buenas y por eso me es fácil levantarme cada día y ser féliz, auténticamente feliz”, relata, reconociendo que el punto en el que está ahora “es un lugar hermoso”.
Aprendí mucho sobre mí que nunca me había parado a mirar, porque estás en esta especie de montaña rusa, este viaje de la vida, este carrusel, dando vueltas y vueltas, y no te detienes y dices, espera, ¿qué está pasando?
La terapia se nota. Lopez apostó mucho en ese matrimonio —incluida una minipelícula de ficción con las canciones de su álbum y un documental para retratar el proceso, en los que gastó 20 millones de dólares de su bolsillo— y su fin no debió de ser fácil. Pero también sabe que no es la única. “Todo el mundo pasa por momentos difíciles en su vida. Y es lo que haces en esos momentos lo que realmente te define. No la relación, no el hombre, no el matrimonio o lo que sea: lo que haces con las experiencias a las que te enfrentas. Yo tomo esas experiencias, buenas o malas, y las ato para aprender”, cuenta.
“El año pasado profundicé en mis patrones y en por qué suceden, en qué hay en mí que crea estos patrones. Aprendí mucho sobre mí que nunca me había parado a mirar, porque estás en esta especie de montaña rusa, este viaje de la vida, este carrusel, dando vueltas y vueltas, y no te detienes y dices, espera, ¿qué está pasando aquí? No con nadie más, conmigo. Aprendes mucho sobre ti y eres más consciente. Y esa autoconciencia es algo muy poderoso“, añade. ”Todo el mundo comete errores. Con todo eso, es como: Sí, esa soy yo. Y eso es algo que necesitaba aprender. ¿Pensaban que era perfecta? ¿Que no iba a cometer un error en mi vida porque estoy en el ojo público? No, no es así como funciona. No estoy exenta de la condición humana [risas]. Yo también tengo que pasar por cosas, ¿no? Debo hacer mías esas lecciones para evolucionar y crecer".

Lopez no ha pasado ese viaje sola. Sus hijos mellizos, Max y Emme, nacidos de su relación con Marc Anthony, también han estado ahí. Ya no son unos niños: acaban de cumplir 17 años y, como ella misma cuenta, el año que viene irán a la universidad, en una etapa que le hace mucha ilusión. Cuando el año pasado llegó la tormenta perfecta, con el documental autofinanciado, la gira cancelada y, finalmente, el divorcio, habló con ellos. “Les dije: ‘Os prometo que, pese a los tiempos difíciles, vais a ver que salgo más fuerte y mejor’. Se lo prometí y lo hice, lo notan. Lo notan y lo noto, y me da una enorme sensación de paz en mi vida”, explica. “Soy más feliz porque estoy un paso más allá que hace un año, o dos, o tres. Estoy orgullosa de mí misma y de haber sido capaz de navegar con mis hijos a través de tiempos de dificultad y de que ellos sean más fuertes y mejores por eso. Así que es el momento de pasárselo genial ahí fuera y bailar y cantar”, explica, en referencia a la gira. “Creo que es el momento perfecto, lo fue hace seis años”, cuenta, saltándose muy a propósito el tour que iba a hacer el año pasado. “Solo quiero salir a celebrar, vamos a pasarlo muy bien”.
¿Pensaban que era perfecta? ¿Que no iba a cometer un error en mi vida porque estoy en el ojo público? No, no es así como funciona. No estoy exenta de la condición humana
Sus hijos son parte de la conversación. Reconoce que, para ella, su mayor logro es que Max y Emme Muñiz sepan que les quiere y apoya a cada paso, eso la hace hincharse de orgullo. “He sido madre trabajadora cuando eran pequeños, probablemente no tuvieron de mí tanto como querían, ¿no? Como tantas madres trabajadoras saben, siempre tienes esa culpa: ‘Debería haber estado más con ellos. No debería haberme ido. Debería haberme quedado en casa’. Pero tuvieron la experiencia que tuvieron. Y siempre haces lo mejor que puedes como madre. Mirando atrás, creo que fueron experiencias increíbles, estoy contenta de que viajaran por el mundo, hicieran giras conmigo, fueran a American Idol“, cuenta, en referencia al programa en el que fue jurado entre 2011 y 2016.
Ahora, sus derroteros profesionales van por otro lado. Tiene pendiente de estreno el remake de El beso de la mujer araña. Sorprendentemente, es su primer musical, con tres latinos como protagonistas, ella,el mexicano Diego Luna y el angelino Tonatiuh. “Es lo mejor, ahora solo quiero hacer musicales”, ríe. ¿Y por qué no Broadway? “Un día, quizá, veremos”. Además, está rodando una comedia romántica, Office Romance, y prepara dos papeles más, entre ellos con Robert Zemeckis. Producirá las tres. “Me encanta, nació de la necesidad. Quería crear más proyectos, vehículos para mí misma y para otros”. Por eso fundó su productora, Nuyorican, palabra que mezcla sus orígenes, Nueva York con Puerto Rico. “La hicimos para crear, para proyectos, historias y actores latinos, y hemos llegado a mucho más. Sobre todo para proyectos femeninos, liderados por mujeres”.
Lopez fue pionera en su comunidad. En la música, le resulta emocionante ver cómo lo latino se ha convertido en el género predominante en el mundo. “Hoy es un mundo diferente, y me alegra haber sido parte de ello”. En el cine, con un pie en la pantalla desde mediados de los ochenta y protagonistas desde los noventa, fue una de las primeras en ir más allá. “Entonces era más difícil. Todo era muy estereotipado. Lo recuerdo claramente de cuando empecé, quería romper con eso. Era una de mis metas. Quería ser la chica que se enamoraba en la película, no la criada o lo que fuera. No son los únicos papeles que podemos interpretar. Lo intenté, me forcé a escoger, a esperar lo que me diera esa oportunidad”, rememora.
Se sabe pionera a la hora de pedir. “Siempre se trata de romper el molde, ¿no? Y abrirlo a todos, a distintas personas representadas en las películas, porque eso es la vida. Queremos que el arte represente la vida, pero no puedes hacerlo cuando todo parece igual, de un único tipo. Pero a veces siento que sigo esperando los mejores papeles de mi carrera. Intento crearlos con mis socios. Creo que es bueno romper con algo, y dejar que la gente te vea de una manera en la que comprendan que puedes lograr esas cosas”.
Como tantas madres trabajadoras saben, siempre tienes esa culpa: ‘Debería haber estado más con ellos. No debería haberme ido. Debería haberme quedado en casa.’ Pero tuvieron la experiencia que tuvieron. Y siempre haces lo mejor que puedes como madre.
Lopez, maquillada y con ropa sencilla, de estar por casa, un pantalón holgado y una camiseta blanca de algodón, ha aprendido. ¿Qué consejo se daría a sí misma? Reflexiona. Duda. “Supongo que el mismo que le daría a mis hijos: que tienes que comprender tu valor, tu valía. No dejes que las cosas que dicen los demás te afecten. Entiende quién eres, cree en ello, entiende tu poder. He aprendido eso con los años. Cuando empecé, era muy fácilmente influenciable, me afectaba la opinión que los demás tenían de mí. Y ahora, y creo que también porque tienes hijos y dices, ‘Espera un minuto, a quién le importa lo que digan’, y aprendes a través de ellos, he sido capaz de decir: no escuches lo que dicen los demás. Las ideas equivocadas que los demás tienen de ti no definen quién eres”.
“Y hay muchas ideas equivocadas”, continúa. “Especialmente, cuando estás en el ojo público, porque este es un juego diferente. Mucha gente cree que te conoce y sabe cómo eres. Y la verdad es que no tienen ni idea. Tú tienes que saber quién eres. Y creo que por eso he podido seguir en este negocio sin que me destruya. Porque sé quién soy, y estoy rodeada de un grupo de gente cariñosa y buena que siempre me recuerda eso, y es importante. Me diría: asegúrate de tener un círculo importante que te es fiel, honesto, te apoya, celebra tus triunfos y está ahí cuando todo se desmorone”, reconoce. Eso no es fácil. “No, claro, es un viaje, como la vida”.
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